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Llevamos ya unos cuantos días probando Analog Rytm, la nueva caja de ritmos de Elektron y ya podemos hacernos una idea de lo que nos deja hacer… y no es poco precisamente.
De entrada comentar un poco la arquitectura de Analog Rytm. Se pueden utilizar 12 sonidos aunque la polifonía real es de 8 voces. Tiene sentido ya que algunos sonidos acostumbran a no sonar simultáneamente (hats cerrados y abiertos, por ejemplo).
Dispone de 12 pads con iluminación RGB sensibles a la velocidad y la presión que, además de poder disparar cada uno de los sonidos, nos va a permitir realizar tareas adicionales como Mute, tocar los sonidos cromáticamente o actuar sobre las secuencias tanto en los modos Scene como Performance.
Hereda alguna de las características de sus predecesoras como el Parameter Locks de la MachineDrum, que permite grabar automatizaciones por cada paso o evento de prácticamente cualquier parámetro.
Pero lo que hace de Analog Rytm una caja de ritmos especial es justamente su arquitectura de voces. Cada voz permite cargar una “máquina” (así es como lo denomina Elektron) analógica junto con un motor de reproducción de muestras. Las máquinas no dejan de ser un conjunto de parámetros (pitch, decay, noise, snap…) enfocados a crear los diferentes sonidos que permite generar Analog Rytm: Hay tres tipos máquinas para generar bombos, otros tres más para generar cajas, un par para hats, etc… A la sección analógica podemos añadirle una capa adicional con su reproductor de muestras que también cuenta con su conjunto de parámetros: pitch, punto de inicio, punto de final, resolución de bits, etc… Podemos, por ejemplo, combinar una muestra de hat de una 909 con un hat analógico.
A partir de aquí las cosas se ponen realmente interesantes. Cada voz dispone de un circuito de Overdrive analógico (¡suena realmente bien!) que se sitúa justo antes del filtro multimodo que, como no podía ser de otra manera, también es analógico, con una resonancia capaz de alcanzar la tan deseada auto oscilación. Es decir: Además de la sección analógica para la creación de sonidos podemos procesar nuestras muestras a través de un circuito de overdrive y un filtro con todo el calor de los equipos analógicos. Pocos samplers hay en el mercado que puedan decir lo mismo. A partir de ahí la señal pasa al VCA y posteriormente al mezclador, ambos analógicos. Las envolventes tanto del filtro como del VCA, aunque son digitales, son lo suficientemente rápidas a la hora de manipular y moldear sonidos de batería y percusión.
Para acabar de rematar la jugada disponemos de un LFO que puede asignarse a cualquier parámetro del sonido que estemos manipulando. Añadimos envíos a los buses de efectos con reverb y delay digitales, un compresor y distorsión totalmente analógicos en el máster y entenderemos por qué Analog Rytm es capaz de ofrecer unas posibilidades tanto a la hora de crear ritmos como de diseñar sonidos difícilmente igualables con otros dispositivos.
En una próxima entrada del blog hablaremos de la programación de ritmos y de los modos Performance y Scene.
